A los 71 años falleció en la Clínica las Américas, en Medellín, el denominado “Rey del despecho”, uno de los cantautores más importantes de la música regional colombiana.
Los campos de San Jerónimo, Antioquia, fueron el primer escenario de Darío Gómez. Desde allí empezó construir su vínculo con la música, un nexo que jamás se detuvo y que lo acompañó hasta el último momento.
Las montañas de Antioquia lo vieron crecer y también multiplicaron su inventiva para componer, para relatar historias y, lo más importante, confirmar que los sentimientos son universales. De ahí que Darío de Jesús Gómez Zapata, nombre de pila del artista, aplicara la teoría de que para llegar al mundo, era obligatorio contar lo que pasaba en la aldea.
Y a eso, a plasmar lo que le dictaba su corazón, se dedicó desde los 14 años cuando empezó a explorar su vena artística.
Hoy con más de seis millones de discos vendidos, con la convicción de haber sido uno de los ejes fundamentales de la música popular en Colombia, el país se sorprende con la partida a los 71 años del denominado “Rey del despecho”.
La noticia se dio a conocer a través de un comunicado de la Clínica Las Américas, que reproducimos a continuación. “Clínica Las Américas se permite informar que en el día de hoy 26 de julio de 2022 ingresó al servicio de emergencias el señor Darío de Jesús Gómez Zapata en estado de inconciencia luego de haber sufrido un colapso súbito en su hogar. El paciente ingresó sin signos vitales y fue llevado a sala de reanimación en donde se le realizaron maniobras avanzadas de resucitación cardiopulmonar sin que dieran resultados y finalmente se declara su muerte a las 19:31 p.m.”
En febrero de este año, Darío Gómez fue el homenajeado central en una actividad realizada por los Latino Music Awards en Pereira, allí el artista manifestó el deseo de no retirarse de la música nunca y, además, aseguró que muchas historias rondaban su cabeza todavía y que quería compartirlas, de manera generosa como lo había hecho hasta ahora con el público.
Comparó, Gómez en ese momento, el sentimiento de las primeras canciones que realizó durante la adolescencia y las letras que su mente le dictaba ya a los 70, asegurando que la devoción se incrementó con el paso del tiempo, al igual que los recursos poéticos y literarios, y lo que disminuyó, para su fortuna, fueron los nervios de enfrentarse con el primer renglón.
Además de su vocación para cantarle al despecho, por lo que se le consideró uno de los pilares del género al lado de Luis Alberto Posado y El Charrito Negro, Darío Gómez tuvo una marcada inclinación para darle rinda suelta al doble sentido, por lo que logró consolidar muchas tonadas jocosas en las que salía a relucir su picardía.
Esa faceta más lúdica, así como la de ponerle su voz a la música decembrina, este artista la desarrolló en parte al lado de su hermano Heriberto Gómez el grupo Los Legendarios, que se encargó de amenizar las tardes y las noches en las veredas de Antioquia a finales de la década del 70, cuando otros estilos foráneos entraban al país y Darío Gómez también debía responder por su alto cargo como director artístico en el sello Codiscos.
En 1985 comienza este cantautor a edificar el camino para convertirse en leyenda. Con su primera producción discográfica, “Así se le canta al despecho”, marcó el derrotero de las sonoridades del regional colombiano y lo hizo con historias auténticas, algunas propias, otras asimiladas y adaptadas a partir de lo que le contaban familiares y allegados sobre lo que implica el amor y una de sus consecuencias lógicas, el desamor.
Darío Gómez grabó más de 30 producciones discográficas, algunas impulsadas desde su propio sello, Discos Dago, y ellas no solo exhibió su consagración para componer, sino que demostró su versatilidad. Corridos mexicanos, música decembrina y algunas propuestas tropicales y latinas hicieron parte del día a día de este artista que dejó álbumes memorables como “El Rey del Despecho”, “Incomparable”, “Nuevo Milenio”, “Oro y plata”, “La traga”.
En una de sus canciones más reconocidas, Darío Gómez dice “por eso me llaman el rey del despecho…” y el artista antioqueño murió este martes 26 de julio de 2022 teniendo la plena certeza de que ese trono no será ocupado por nadie más. Sus canciones, sus discos, su generosidad al colaborar con talentos consolidados y emergentes marcaron una época en la música colombiana.
“Nadie es eterno” es, tal vez, su canción más sonada y a la que mayor gratitud le guardó siempre. Ahora, cuando su creador y máximo intérprete ya no está en este mundo, la frase no parece ser tan cierta porque el talento de Darío Gómez hoy sí que es eterno.
Tomado del ElEspectador.com